El oxígeno está presente en aproximadamente el 20% del aire que respiramos y es esencial para todos los organismos que habitan este planeta. Sin embargo, en el mundo de la enología su gestión es crucial para evitar efectos negativos en la calidad del vino.
La gestión del oxígeno debe ser sometida a un seguimiento continuo con el fin de prevenir reacciones de oxidación excesivas que pueden afectar negativamente a la calidad final del vino.
Es importante aplicar herramientas y soluciones específicas que permitan una evolución correcta y natural, manteniendo y preservando al mismo tiempo la calidad final.
Los vinos blancos tenderán a adquirir tonalidades más doradas que pueden alcanzar un color marrón | Los vinos tintos cambiarán a un color teja/naranja. |
Oxidación enzimática: se produce principalmente en el mosto por la acción de enzimas, siendo la más importante la polifenol oxidasa, seguida de la tirosinasa, la lacasa (en el caso de uvas afectadas por Botrytis cinerea) y por último la peroxidasa. Estas enzimas actúan sobre la oxidación de los ortodifenoles transformándolos en ortoquinonas, que generan alteraciones cromáticas (pardeamiento).
Oxidación química: La presencia de O2, acompañada de la presencia de metales como hierro y cobre, puede provocar la aparición de radicales libres capaces de oxidar el alcohol etílico a acetaldehído haciendo que el vino se muestre apagado, falto de brillo y sabor. Además, los radicales libres son capaces de oxidar rápidamente el SO2 y cualquier compuesto orgánico presente en el vino, y todo esto conduce a una desaparición de las formas aromáticas tiólicas con la consiguiente pérdida de frescura aromática.
Para gestionar los problemas relacionados con la presencia de oxígeno es posible intervenir tanto con clarificaciones específicas como con derivados de levadura y taninos.
La gestión de los fenómenos oxidativos puede tener un enfoque curativo, es decir, implica la eliminación de los compuestos oxidados y la reducción de la tonalidad amarilla (D.O. 420 nm), que es un indicador de la evolución oxidativa del mosto y del vino; o un enfoque preventivo, es decir, se interviene lo antes posible anticipando posibles reacciones de oxidación.
Enartis te ofrece una estrategia ganadora para proteger tu vino. Nuestros productos específicos funcionan sinérgicamente para evitar el deterioro, preservando la riqueza aromática y la calidad de tu vino.
Las catequinas no son los únicos polifenoles responsables de los fenómenos oxidativos.
No debemos olvidar que existen otros compuestos que tienen tendencia a oxidarse, los ácidos fenólicos: hidroxibenzoico e hidroxicinámico, como el ácido cafeoiltartárico y el ácido para-cumaroiltartárico. Las quinonas resultantes son las responsables del pardeamiento del mosto y de la consiguiente pérdida de calidad aromática
También se sabe que las levaduras inactivas contienen compuestos antioxidantes naturales, como el glutatión y las manoproteínas, que neutralizan los radicales libres responsables de la oxidación; además pueden quelar los metales responsables de las reacciones oxidativas.
EnartisPro BLANCO es un derivado de levadura rico en manoproteínas inmediatamente solubles. La adición durante la fase prefermentativa y fermentativa permite la liberación de aminoácidos azufrados que protegen los compuestos aromáticos de la oxidación, obteniendo así vinos con una tonalidad colorante más joven, más intensos y frescos.
Enartis ha desarrollado una estrategia específica para garantizar la protección en el tiempo, incluso después de la fermentación alcohólica.
EnartisTan SLI es un tanino extraído de madera de roble americano sin tostar mediante un proceso único que evita la exposición a altas temperaturas. Esto le permite mantener una elevada eficacia antioxidante, capaz de estabilizar el potencial redox y prevenir la oxidación y la posible aparición de olores de reducción ya a partir del final de la fermentación alcohólica.