Las levaduras Saccharomyces, incluyendo Saccharomyces cerevisiae, son seleccionadas específicamente para completar la fermentación alcohólica del vino debido a su capacidad para convertir los azúcares en alcohol. Por cada gramo de azúcar, se producen 0,62 gramos de alcohol. Estas levaduras para la fermentación del vino no solo transforman los azúcares, sino que también influyen en el perfil aromático y la complejidad del vino.
Las levaduras Saccharomyces contribuyen a la formación de compuestos secundarios como compuestos aromáticos, glicerol y manoproteínas, que son elementos fundamentales para definir el perfil organoléptico del vino. La selección específica de cada levadura para la vinificación permite al enólogo determinar el tipo de vino y las características deseadas. Las levaduras enológicas Saccharomyces pueden soportar diversas temperaturas de fermentación y el alcohol producido, asegurando así el consumo completo de los azúcares presentes en el mosto.
Gracias a su resistencia a condiciones estresantes, estas levaduras para la fermentación alcohólica también son esenciales para la segunda fermentación en los métodos tradicional y Charmat. Una característica distintiva de las levaduras enológicas Saccharomyces es su capacidad para llevar a cabo la fermentación de manera controlada, minimizando la producción de sustancias indeseables.